Típica taberna cordobesa de tres plantas que conjuga la tradición con la innovación. Cuenta con una carta exclusiva de vinos de la tierra
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Salmorejo cordobés |
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De lunes a jueves 12,00 - 24,00 h. De viernes a domingo 12,00 - 01,00 h. |
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Calle San Álvaro, 5. 14001, Córdoba | |
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Sí | |
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957 479 518 | |
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www.tabernalamontillana.es | |
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Una buena manera de completar el conocimiento de un territorio es conocer sus vinos, ellos forman parte esencial de la cultura de un lugar, de su historia, e incluso del carácter de sus gentes. En Córdoba, donde el cultivo de la vid y del olivo, han sido fuente de riqueza por su excepcional calidad desde el tiempo en que Roma los solicitaba, no hay otro lugar más apropiado para iniciarse en la experiencia del vino, que la taberna La Montillana. Este lugar se ha convertido, por su buen hacer, en una especie de centro de interpretación de los vinos de la Denominación de Origen “Montilla Moriles”. Es el sitio donde conocer adecuadamente desde el más joven hasta el más maduro de los caldos que surgen de la manipulación de la uva Pedro Ximénez. Nuestra sugerencia es que se dejen guiar por el personal de La Montillana, que los admitan como cicerones en un delicioso paseo con paradas maridadas. Así, abrirá la senda la mazamorra con higos, acompañada de un “vino de tinaja” (vino del año, suave, de pálidez levemente turbia); continuaremos con un salmorejo emparejado con un “vino fino” (7 años de maduración) y sin perder comba, pasaremos al flamenquín, acompasando el momento con un “amontillado” (de 12 a 14 años en barrica). En la segunda parte de nuestra experiencia, podremos seguir apreciando el buen hacer de la cocina de La Montillana con una exquisita fritura de cochifrito de ibérico del Valle de los Pedroches, enlazado con un medio de esa rica rareza del vino blanco que es el “palo cortado”. Haremos cumbre con un rabo de toro al “oloroso”, acompañado por una copa del mismo vino. Y para copletar este momento de dionisíaco remolino, como diría Pla, probaremos una tarta de la abuela (natillas con galleta y chocolate) con el más exquisito y exclusivo de los caldos de la tierra, el “Pedro Ximenez”. Habremos paseado alegremente por la escala sensitiva que nos brinda Montilla Moriles, y abremos penetrado un poco más en el conocimiento de estas tierras. ¡Salud! Rafael Obrero |
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